viernes, 19 de enero de 2018

LOS CUATRO CAMINOS QUE CONDUCEN AL ABISMO

                          LOS CUATRO CAMINOS QUE CONDUCEN AL ABISMO 

Los cuatro caminos que conducen al abismo, están representados en los ramales en que se parte un quinto río, que según el Génesis sale del trono de Dios y después de regar e irrigar el jardín del Edén, continúan descendiendo durante un largo tiempo hasta precipitarse al abismo. 

Existen cuatro caminos que, según los Iniciados Gnósticos de la primera Fase Experimental, sólo alguno de ellos podrá conducirlos al cielo ... Sin embargo, para el hombre pecador, ha sido imposible encontrar el acimut correcto, y por eso, cuando se elige a propósito, de manera arbitraria el camino que más nos gusta de todos modos, uno se va por el de la izquierda, porque sólo si uno está iluminado por el Padre en el sueño lúcido, se sabe cuál es el camino correcto.
Todos los caminos van al cielo ... Pero debido a que el hombre pecador camina siempre por mal camino, nunca han ido por el camino correcto, sino que, por el contrario por la vía que ya viene del infierno. Este dilema se denomina "adversidad" y su itinerario incluye un gran número de leyes que los sabios han llamado "destino". Algunas veces hemos dicho que el "destino" es el fin de toda la carretera o camino, y que sus leyes son como las señales de tránsito, que van apareciendo a lo largo camino de siempre, y se reflejarán en forma contraria. Si uno viaja en sentido contrario, no puede ver las señales correctamente, y seguro de que va a tener problemas. Destino, no siempre es el fin de todas las rutas ... Pero sí es el final de todo camino equivocado, lo que podría ser en la mitad del camino correcto, pero en sentido contrario.
¿Cómo encontrar el camino correcto? El camino correcto, podríamos encontrarlo, sólo si nos detenemos a reflexionar en algunos pasajes en las Escrituras, mediante la implementación de una práctica de meditación profunda ...! Y, así como pensamos en meditar profundamente, necesitamos entender por qué no debemos pasar por alto la necesidad de una almohada. La almohada es el punto central de conexión entre Dios y el hombre ... El "ahora" y el "ahí", en el Génesis 28: 10-22. Jesucristo dijo: >> SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA >> ...; y esta puerta al cielo que representa con su pecho, es la almohada. Por esta razón, Juan Zebedeo estaba siempre apoyando su cabeza en el pecho del Maestro. No porque hayan seguido a los Maestros de la Gnosis, ni mediante las prácticas de una doctrina relacionada con el cristianismo, que los hombres van a ir al cielo, sino porque tienen la conciencia despierta, y porque muchos de nosotros sabemos lo que es el destino y sus leyes, y cuál es el mejor y el único camino.
El único camino que va al Cielo es absolutamente inmarcesible es decir, que por ese camino nadie puede ir caminando ... Uno puede ir al cielo, soñando, en un estado de lucidez mental absoluta. El significado de inmarcesible, también se traduce sin corrupción, con claridad, diáfano, limpio, y nadie podría simplemente estar soñando cosas buenas con una mente corrompida. El destino no pertenece a los sueños ... El destino es donde termina un camino, y la existencia termina a la hora exacta, en la almohada. Y, la vida cotidiana está terminando exactamente, cuando uno cierra los ojos y se duerme. A partir de ahí, es donde comienza el camino al cielo; ni en la iglesia ni en el Arcano A. Z. F, ni en la Gnosis, pero sí cuando se va a dormir. Y allí, es exactamente cuando uno debe tratar de conservar la lucidez mental.
Los Maestros de la Gnosis Experimental se pierden en el abismo, porque sólo conocen cuatro caminos, y ninguna de esas cuatro rutas pueden llevarlos a los paisajes oníricos, absolutamente lúcidos. Los cuatro caminos de que dice el Avatara, todos terminan en la novena esfera del abismo y el destino que les espera, es el fracaso. En el paraíso onírico está prohibido el sexo, porque es lo que ha causado nuestro exilio desde el principio. Cuando pecamos con nuestra sexualidad - dice la Escritura -, que nuestros ojos se abrieron y nos dimos cuenta de que los dos estábamos desnudos ... [Génesis 3: 1-8]. Pero los pieles rojas no entienden lo que significa la señal de Jonás, porque según la profecía del quinto sello, no sólo están desnudos, sino que también han perdido la cabeza a causa de tanto fanatismo. San Pablo se dirige a los conversos de Éfeso, aludiendo al fanatismo ciego de los Iniciados estancados en la primera Fase, diciendo:

Efesios 4:17-32

17 Esto pues digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros Gentiles, que andan en la vanidad de su sentido.
18 Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón:
19 Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron á la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza.
20 Mas vosotros no habéis aprendido así á Cristo:
21 Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús,
22 A que dejéis, cuanto á la pasada manera de vivir; el viejo hombre que está viciado conforme á los deseos de error;
23 Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente,
24 Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad.
25 Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
26 Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
27 Ni deis lugar al diablo.
28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.
29 Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.
31 Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:
32 Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándose los unos a los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.




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