(Capítulo del Libro La Verdad, del V.M. Hjor Ku Xoans - CAPÍTULO XIV )
EL SÁNSCRITO Y SUS ORÍGENES
En primer lugar, empecemos diciendo lo que es realmente la palabra
“Sánscrito” del autoglotónimo संस्कृतम् [saṃskṛtam]
visto como un
término, como una lengua, como una palabra, y en síntesis, su significado. El
“Sánscrito” es un estilo literario. Es la forma en la que se han escrito todos
y cada uno de los libros y documentos sobre la Historia Sagrada dentro de las
diferentes culturas del mundo, desde la antigüedad. No es que se trate de una
escritura extraña, llena de signos y garabatos tan difíciles de entender aún ya
traducidos al idioma natal. El “Sánscrito” es el género lírico aplicado en la
redacción del conjunto de todos los Libros escritos y considerados como
Sagradas Escrituras.
Según esto, resulta claro comprender cómo La Biblia se convierte
en el Libro escrito mejor predicado, y que se lee en todas las lenguas del
mundo, y especialmente en América. Todos los Libros Sagrados, son realmente una
recopilación de varios textos más resumidos y antiguos.
Del mismo modo que La
Biblia, El Tantra viene a ser
absolutamente, el conjunto de Libros Sagrados Indo asiáticos, inclusive,
compilados a partir del siglo IX, hasta alrededor del siglo XIV.
Sin embargo, debemos saber que todos los Libros del Tantra existían
– aunque muchos dispersos por todo el mundo conocido hasta entonces – en el
Tíbet, China, Japón, India y toda la llanura Indo-Gangética. El conocimiento
enigmático acerca de los misterios sagrados, nunca antes fue adquirido por
escrito. Todo conocimiento se transmitía antes, “de labios a oído” por los
Maestros a los pupilos, de generación en generación.
Pero el origen de las Escrituras Sagradas (Sánscrito), se remonta
aún hasta antes del siglo XVI a.C., tiempo en que los caracteres jeroglíficos
egipcios heredados de los atlantes antediluvianos, fueron trans-literalizados a
grafos e ideogramas por los asiáticos de piel azul índigo y los de piel dorada,
pupilos del Gran Filósofo VYASA. Esos documentos constituyeron el Vaivasvata, el gran Libro de Manú,
atribuido a Vaivasvata, la versión hindú del Adán edénico de polvo, o
KADMON, de los Jeroglíficos sumerios que
dieron mucho más tarde, origen al Sánscrito en caracteres arameos, de los
antiguos sirios.
Pero Vaivasvata no alude en todos los casos a una persona, sino a un
cuerpo doctrinario representado en la edición a mano de un conjunto de muchos
Libros antiguos de Historia Sagrada. Hablar de Vaivasvata Manú, no alude al Adán descrito Bíblicamente, sino a los
Manú’ Scritos o escritos a mano por los Grandes Filósofos de la antigüedad. Los
Manuscritos cobran un carácter sagrado, por lo que a las diferentes expresiones
lingüísticas impresas en páginas de papiro y pergaminos, se les dio el nombre
de Santas Escrituras. Y esta definición más posterior de las Escrituras
Sagradas, es lo que en el latín más moderno se traduce como SAN-SCRIT (Sánscrito),
que significa Tantra, la versión oriental de la Biblia o compilación de las
Escrituras Sagradas atribuida a Vyasa.
Una nota interesante copiada de Wikipedia:
Viasa es
un escritor legendario de la antigüedad hinduista, cuyo nombre verdadero es Krishna-Dwaipayana.
Es el cuarto miembro del rishi parampara (sucesión
de gurús y discípulos) de la escuela Advaita, en la que Shankará
Acharia (788-820) es la figura principal.
Se le llama también Veda
Vyasa (‘divisor del [Rig]
Veda’) para explicar por qué más del 90 % del texto tanto del Sama-veda como del Iáyur-veda son copiados del Rig-veda: Viasa habría ‘dividido’ o
reorganizado el Rig-veda (que
afirma haber sido escrito por 10 poetas religiosos, a los que menciona por
nombre) en aquellos otros dos textos, para facilitar su comprensión o para
facilitar el recuerdo de sus mantras.
El texto épico Majabhárata (siglo III a. C.)
afirma haber sido escrito por Viasa.
Tradicionalmente también se considera que Viasa fue autor de
todos los Upanishads (comenzados
a componer en el siglo VI a. C.) y de todos los Puranas (comenzados a componer en el
siglo II d. C.).
El término “व्यास” [vyasa]
significa literalmente, ‘compilador’
y se usaba, como un apodo con el cual se aludía al Badarayana o “reciclador” que renuncia a una vida de lujos, y asume
una actitud indigente para dedicarse a rescatar y restaurar cosas viejas,
especialmente Escrituras Sagradas. Fue así como, hacia el siglo XVI a. C.
apareció un richi (que significa místico) de personalidad Badarayana,
protagonizando a Krisna-dwaipayana en alusión a su lugar de origen. Se dice que
era hijo de Parachara-richi y Satyanacty
su madre, quien lo instara a casarse con sus dos cuñadas (sus tías), con las
que más adelante engendró dos hijos: a Pandu y a Dhintarashtra, quien fuera
rey.
De los descendientes de Pandu
nació Pandava, y de los descendientes del rey Dhintarashtra, nació Kaurava.
Estos dos, Pandava y Kaurava son los protagonistas del Mahabharata, de los que se sugiere que
descendía el richi y gran sabio व्यास, Vyasa. Se hace alusión
a una genealogía muy similar a la que se plantea en la historia de Jesucristo,
como hijo de una virgen pura descendiente de David el rey, y de un carpintero
de la misma ascendencia real, aunque según
se sugiere que sólo actuara como padre putativo del Mesías.
Ahora bien, el significado más antiguo del término ‘krishna’, que se traduce como “un hombre
de piel oscura”, se refiere al hombre con la piel índigo (azul), razón por la
que a un hombre azul se le llame “indio”.
El Indostán, se refiere a la India,
la tierra natal de los dioses azules, según el Libro Sagrado de Manú. Tenemos
ahora, una nota importante sobre el caso, y por qué en el Sánscrito Hindú,
todas las deidades son de piel añil, y que nos permite suponer el verdadero
significado sobre la predicción de la manifestación de un papa negro, en
alusión a un pontífice romano de ascendencia hindú, que trataría de fusionar la
idiosincrasia India, con el credo católico. Sin embargo, es fácil suponer que
no es una fusión sincrética lo que unificaría los diversos credos del mundo,
sino la concepción de la Idea Brillante de La
Tesis Mesiánica XOAN, en la mente de todos los seres humanos del futuro.
Papiros y pergaminos – Los chinos ya habían utilizado el papiro,
cuando los egipcios apenas inventaban el pergamino, a base de piel de la res.
Empero, ambos materiales fueron usados de manera artesanal durante mucho tiempo
atrás, aún antes de que Viasa hubiera
aparecido. La Obra de este Gran Maestro consistió en la invención de garabatos
gráficos, que sirvieron para reemplazar los ideogramas de los papiros chinos, y
los mensajes escritos en los pergaminos, los textos de todos los preceptos
divinos en los mosaicos egipcios, y los caracteres cuneiformes de los sumerios.
Fue así como apareció la escritura aramea, después del sistema
cuneiforme de los sumerios, lo cual simplificó el sistema egipcio para
interpretar el Tarot, al mismo tiempo mezclado con los garabatos gráficos que
Viasa había inventado. Por eso encontramos una relación entre los mosaicos del
Tarot egipcio y la Cábala hebrea, porque el arameo, no es otra cosa que una
manera más antigua de hablar el hebreo, mezclado con el árabe y el griego.
Inmediatamente después de que Viasa
inventara el garabato gráfico que sustituyó la escritura cuneiforme de los
sumerios, y el uso del rollo de pergamino y el papiro se hiciera aún más
notable, la literatura comenzó a ser considerada como un arte sagrado y era
propiedad exclusiva de los sacerdotes monásticos en el Oriente. Debido a que
los sacerdotes eran los únicos que podían aprender a leer y escribir el
Sánscrito, la vocación sacerdotal dejó de ser monástica; los monasterios se
transformaron en seminarios y el oficio sacerdotal se transformó en una
profesión muy lucrativa.
Es entonces, cuando aparecen los escribanos,
como los únicos que sabían leer y escribir, aptos para escudriñar e interpretar
cualquier tipo de Escritura, por lo que el conocimiento de los richis comenzó a
perder importancia frente a la literatura. Se levantó Babel como potencia económica
sobre el mundo conocido hasta entonces, y los escribas buscaban fama y
popularidad publicando sus filacterias, según su capacidad económica. La
Literatura se convirtió en el vehículo de expresión visual de La
Palabra, el rollo se
constituyó como el cuerpo de la Sabiduría, así que cada autor empezó a usar un
seudónimo, en su nuevo nombre como un título de manifiesto, expuesto ante los ojos de todo aquel mundo que se pretendía convencer.
Por esto vemos que, los libros atribuidos a un pensador o
filósofo, se aluden con el pseudónimo de su autoría: “leer a Moisés”, “leer a
Vyasa”, “leer a Platón”, etc., significaba una alusión a sus escritos, y no una
concepción de la idea brillante de sus tesis. Moisés, por ejemplo, muchas veces
no se refiere a un líder revolucionario, sino que se hace mención expresa de
sus escritos apócrifos. – san Juan 5: 39-46.
La Torre de Babel, consistió realmente en un primer modelo de
biblioteca fundado en la ciudad de Borssipa, ciudad de Babilonia puesta como
capital intelectual de la cultura babilónica durante su remodelación, un evento
que relaciona el pasaje del Génesis 11, 1-4 con la Babel fundada por el gigante negro Nimrod en Caldea, según el
Génesis 10: 6-12.
Cada rollo de pergamino o de papiro en la biblioteca de Babel,
había sido escrito a mano, razón por la que pudiera ser llamado “Manúscrito”
[manuscrito] y que por formar parte
de una misma compilación bíblica se consideró como el Libro sagrado de Manú. Pero aunque todas las historias recolectadas
estaban redactadas en un mismo tipo de caracteres, de acuerdo a los rollos
originales que habían sido escritos bajo la dirección del gran sabio Viasa, muchos de los rollos aparecían en
lenguas diferentes, situación engorrosa que demandara la presencia de los
sacerdotes escribanos (interpretes simultáneos).
Los más famosos sabios llamados “reyes de Oriente” acudieron a su
cita en Babel, sugiriendo que sería necesario enviar delegaciones a diferentes
partes del mundo, con la misión de investigar y aprender las lenguas raras y
los dialectos naturales en cada país extraño. El grupo denominado “sabios de
Oriente”, es lo que se alude como “Jehová”,
cuya sugerencia provoca la dispersión de las diferentes delegaciones de
investigación, que origina la confusión del Génesis 11: 8-11, y la presenta
como una diáspora.
Eran tiempos de contingencia bélica, y cualquier expedición
científica de investigación, podría ser tomada como una amenaza. La confusión
de las lenguas alude igualmente a la parafasia de los escribas durante la
interpretación de los escritos antiguos. El Libro
de La Verdad por tanto, representa la sexta copa de la Ira, en el
apocalipsis de aquella generación babilónica. La Verdad, es la señal de
Jonás como un vaso de agua helada en el rostro de los Iniciados tántricos,
según las Escrituras y las profecías (Apocalipsis 16: 12-16), y que consiste en
cambiar el vino de la Iniciación Tantra, por el Agua pura del Santo Grial en la
Fase Trascendental del Gnosticismo.
Mucho tiempo después de la dispersión de los escribanos
babilonios, hacia la mitad del siglo XII a.C., es que aparece Moisés, como legislador hebreo, en
Egipto. Y sea que fuese o no el autor del Pentateuco, o que sus textos fueron
escritos originalmente en Arameo, lo cierto es que, tanto el Génesis, como
todos los otros textos fueron copiados y compilados a partir de las Obras de Viasa en pergaminos y papiros. Sólo el Decálogo,
todo tallado a mano sobre diez mosaicos de piedra, obedece a una copia resumida
en un par de placas, talladas según las técnicas aprendidas de la sabiduría de
los egipcios.
Esto nos hace pensar que, “Moisés” no es un nombre admirable, sino
el título con el cual se alude a los mosaicos de piedra, rescatados por la hija
de un faraón egipcio, quien . según se lee -, lo había adoptado desde muy niño como hijo. Educado
en la sabiduría de los egipcios, y ayudado por Aarón (un escriba hindú),
pudieron traducir algunos de los escritos de Viyasa
del Sánscrito oriental a un arameo mejorado, que más adelante se convierte en
el idioma hebreo y cobra importancia como lengua oficial del pueblo hebreo, al
que tuvieran acceso los sacerdotes levitas.
La tribu de Leví, era un asentamiento Hindú en Gosén (delta del
Nilo al norte de Egipto), tierra que – según Las Escrituras - se había dado a
los hijos de Israel por el faraón de Egipto hacia el año 1630 a.C., pero que habían
caído bajo la esclavitud de los egipcios durante esos cuatrocientos años, según
el Éxodo 1, 1-14.
La Torre de Babel entonces, como forma literaria alude a la
confusión de las lenguas, que se produce, durante la traducción – a menudo
literal – de los textos, ya que no todos los escribas tuvieron la prudencia de
consultar a Dios, sobre el sentido y la interpretación de cada modismo, frase y oración escritos en
cada rollo. Muchos de esos términos, comenzaron a tener significados ambiguos,
al momento de ser traducidos desde una segunda lengua, a una tercera. Por
ejemplo, en el capítulo II del Libro del Génesis, la expresión día
de reposo no alude a un día de la semana, sino a la meditación
objetiva o sueño lúcido,
visionando el proyecto que se tenía en mente. Y, la fundación del paraíso,
representa y alegoriza la realización de ese sueño por un cuáquero, fundando
una empresa en la que se pretende desarrollar proyectos agropecuarios,
liderazgo que lo promovería a la categoría de un Señor feudal.
De manera que, del Sánscrito original (escrito por Viasa) no queda
ya nada. Solamente algunas copias de los manuscritos antiguos, traducidas y
editadas con técnicas modernas de impresión, según el análisis y la traducción
de algunos Iniciados en el Budismo tardío, mucho después del siglo V antes de
Cristo, las que ahora están sirviendo a los ocultistas de Hoy, como enlaces de
ayuda para sus meditaciones.
Si analizamos el tiempo en que Viasa apareció haciendo su
Obra, no podríamos ignorar, que antecede
a Moisés en muchos siglos, para preguntarnos de dónde pudo haber adquirido los
manuscritos tibetanos, y a quién podremos atribuir la invención de los
ideogramas chinos en los papiros más antiguos. Es cuando nos encontramos
entonces, durante un sueño lúcido en profunda meditación, con el Gran Dragón
Dorado de la filosofía china: el gran Maestro tibetano Fu Xi, a unos dos mil años antes de la era cristiana…
Fu Xi, es el Dragón de
Oro, mencionado más adelante en el Budismo chino, y nombrado en el gnosticismo
como “el Dragón Amarillo” del Taoísmo. Fu
Xi, era un Maestro en el manejo de un maravilloso sistema de caligrafía de
más de 10.000 ideogramas, compuestos a partir de unos caracteres curvados como
la uña de un gato, hasta la combinación de diez
en un mismo ideograma, que pudiera significar y traducirse en una
oración completa.
Los monjes, neófitos de los monasterios Lamas, eran llamados
“cachorros de león”, por causa de la calidad de su caligrafía cuando aún
todavía, no sabían escribir. Pero más tarde, cuando ya entendían cómo leer y
escribir cualquier ideograma, el monje se ganaba el apelativo de “Tigre” de la Sabiduría. Más adelante,
debería pasar las pruebas frente al “Dragón Amarillo”, para vestir la túnica
del sacerdocio, como un verdadero monje Lama.
Significa que Viasa, fue el compilador y restaurador del sistema
de caligrafía aramea primitiva, en lo que llamamos Sánscrito hindú, pero como
lengua, éste se hablaba ya mucho antes del siglo VI a.C. Porque al igual que
todas las escrituras chinas y japonesas, muchos de los escritos ya existían en
el siglo XX a.C., textos escritos a mano por los maestros de la Orden Sagrada
del Dragón Amarillo, en el Tíbet.
Si Fu Xi, había
aparecido entonces, hacia el 2000 a.C., pueda que esté relacionado con Sem, el
hijo de Noé (que no es una persona, sino una doctrina), razón por la que toda
cultura Indo-Europea e Hindú-Asiática, se reserva el derecho de decir que
descienden de la familia de Sem, y que por ello son Semitas. Doscientos años
más tarde, aparece en la escena, según la
Biblia hebrea, el Patriarca Abrahán, desplazándose desde la Ur
de los caldeos, hasta el oriente medio en Arabia. Trescientos años más tarde,
después de Abrahán, viene Viasa, y
después, hacia el siglo XIII a.C., aparece Moisés, compilando de aquellas
Escrituras arameas, una Tesis Avatárica en hebreo, como un proyecto semítico
para la fundación de Israel.
Hacia el año 1000 a.C., aparece David, rey hebreo estudioso de los
escritos de los profetas, ya traducidos a un hebreo que se derivaba del arameo,
pero que estaba basado en la Historia Sagrada hindú, por lo cual aparece el
dios Brahama modificado en el elemento humano indo-gangético, e interpretado
como Abraham, el Patriarca hebreo Abrán del siglo XVIII a.C., que no es
una persona sino una doctrina en la que se hablaba un árabe provenzal, que se
escribía con caracteres cuneiformes caldeos, muy rudimentarios.
Hacia el siglo VI a.C., es cuando aparecen a un mismo tiempo, Kong
Fuzi (Confucio) y Lao Tse (Laozi), entre el 551 y el 490 a.C., anunciando el Taoísmo en China, como una doctrina
esotérica basada en falsos principios místicos de supra-sexo.
El Confucionismo, predica la restauración de los valores morales
en lo político y en lo religioso, y sostiene una tesis politeísta, que más
tarde en Japón se degenera en Teísmo, y parte de China. Laozi, escribió el Daodejing (Tao d’ Yin), con un
carácter sincrético entre las doctrinas de diferente lengua. Y hacia 1534 a.C.
decidió viajar a la India, donde se reúne con Sidharta Gautama
(Gaumata), un richi de 29 años de Edad, y le transmite el conocimiento sobre la
doctrina tibetana del Tao de Ying.
Pero más tarde, después de seis años de ascetismo riguroso, Gaumata
renunció a las prácticas taoístas, y decide divorciarse de su esposa y
continuar por su propio camino a la Iluminación, que se produce en el año 528
a.C., para manifestarse al mundo conocido hasta entonces, como el Gran Sakyamuni-Buddha.
En ese mismo tiempo, unos 500 años antes de Cristo, hace su
aparición Panini, compilando y analizando las Escrituras
budistas, para comparar su lenguaje con el lenguaje utilizado en la predicación
de las demás doctrinas. Es entonces, cuando los budistas empezaron a unificar
sus criterios, sobre el uso de un mismo estilo de hablar y escribir durante la
predicación de cualquier Tesis mística. El budismo, siendo prácticamente la
doctrina oficial de la India, ha establecido desde entonces como lengua
litúrgica de su credo, el mismo tipo de lenguaje en la Doxología, a la que el
fanatismo alude como el Sánscrito.
El Sánscrito como idioma, es simplemente una lengua oficial de
culto. Es similar al latín, en el momento de convertirse en el idioma oficial
de culto del catolicismo romano. Los budistas incluso, afirman enfáticamente
que el Sánscrito es la lengua de Dios, porque es el único idioma que, según
ellos, era hablado por sus ancestros, los Hijos de Brahma. Así también, los
cristianos creen que La Escritura es la Palabra de Dios, y que era una ley
escrita, la única que, según el Génesis
11, 1-9 se hablaba antes por los semitas antepasados de Abrahán.
Conociendo ya, el origen semítico de ambos tipos de Escrituras,
hindúes y hebreas según las costumbres de cada pueblo, podríamos suponer que
Moisés tenía alguna relación con los hindúes, siendo indostaní. Porque los
indostanos, como descendientes de Abrahán,
no son otra cosa que los hindúes que viven en Arabia Saudita, con un
tipo de lenguaje sumerio más provenzal (egipcios), entendemos que el árabe
desciende de la lengua sumeria, y que los árabes siempre han estado
transmitiendo a sus descendientes en la península Ibérica, la mayor parte de
sus conocimientos y costumbres semíticas, según la versión legada por Moisés en
los profetas.
Pero en este caso, la palabra profeta,
no alude siempre a los mensajeros, sino a los manuscritos en antiguos pergaminos, por los sabios del judaísmo
antiguo, según el Pentateuco (LEY de Moisés). Esta palabra sabio, alude directamente
a los reyes y sacerdotes del pueblo de Israel. Así pues, que los profetas son todos los Libros de la
Historia Sagrada, recopilados de manera inteligente por los sabios del
judaísmo, como el Antiguo Testamento (Antes de Cristo). Jesús de Nazaret, no
era de la tribu de Leví, sino de la tribu de Judá, y sin embargo, se presenta
como sacerdote y como rey para explicar las Escrituras, no a la manera del Buda
hindú, pero sí según la Ley de Moisés, consignada en los Libros de los jueces
de Israel, a partir del Mesías Josué.
Los hijos de la
circuncisión - Moisés, como una encarnación del ángel Israel, a su paso por
Arabia con su familia de regreso a Egipto, tuvo que circuncidarse también, al
igual que lo hacían los árabes, por temor a ser asesinados por el ejército de
Jehová, (el mismo dios Alá, en lengua
árabe), ya que para los árabes, todos los descendientes de Alá, son dignos de
admiración por causa de la circuncisión – Génesis 17, 1-14 –, rito del pacto
heredado desde Ismael, es decir, los arios con habla árabe en la Franja de
Gaza. – Éxodo 4, 18-31.
Los árabes Madianitas, suponen que son descendientes de Madián, el hijo de Abrahán que había
engendrado en Cetura. Otros han creído ciegamente ser descendientes de Ismael,
hijo de Agar y con quien Abrahán fuera circuncidado. Pero es que Madián, es el
mismo Ismael al norte (toda la Franja de Gaza). Por eso vemos, que los rollos
sobre la historia de Abrahán, son extraídos por Moisés de los mismos documentos
escritos por Viasa en una mezcla de hindú-árabe, los que tradujo al hebreo,
importando así en el Génesis los ritos del pacto, como la circuncisión y el
rociado de sangre con el hisopo.
El pacto de la circuncisión no llegó con la Iluminación a Moisés,
sino que se introdujo como culto Aarónico al “Dios” imaginario, llamado en la lengua árabe “Alá”, según los ritos y las costumbres de Madián en Arabia. El "Alá" de los árabes, se relaciona con el Dios único del monoteísmo hebreo, al cual
Moisés encontró en Arabia, ardiendo en medio de una zarza inmune. Y en Madián de Arabia, fue donde Moisés
conoció a Jetro, con quien trabajó cuidando sus ovejas, y con cuya hija Séfora
se casó antes de regresar a Egipto…Los madianitas, siempre han considerado como
una prueba de fe el pacto de la circuncisión. Y si algún varón es hallado
incircunciso, habría de ser eliminado de su pueblo. Por eso, la versión hebrea
de La Biblia, no hace mención del ejército musulmán con el nombre de Alá, como se conoce a Dios en lengua
árabe, sino con alguno de los diferentes nombres con que se alude a Dios en la
cultura de los hebreos. - Éxodo 4:
24-26.