Romanos 8:14-15
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!
Y el espíritu de adopción nos permite ver y hablar cara a cara con Dios. Cuando somos recibidos en adopción, nos hacemos merecedores de la promesa, y la promesa es que en Sara, Abrahán recibiría un hijo unigénito. El unigénito hijo es una endogénesis, es decir, que proviene sólo de un solo óvulo fértil per- se, sin la participación del donante masculino.
Por tanto, Isaac no era hijo biológico de Abrahán, por lo cual Isaac se convierte en adoptivo. A semejanza de Isaac, aquellos que despiertan la CONSCIENCIA espiritual, haciéndose mentalmente lúcidos en sus visiones oníricas, son considerados también como hijos de Abrahán en virtud de la promesa.
Gálatas 4:28-29
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
Aquellos que de alguna manera se hallan aún inconscientes durante sus visiones oníricas, se denominan agnósticos... , son pacientes ambulantes de un determinado grado de agnosia. Y de todos aquellos pacientes ambulantes de agnosia, algunos en la gran mayoría son relativamente antagónicos y hasta fieles a la antítesis. La antítesis es aquella tesis cuyos argumentos se oponen a La Verdad, que es la Señal del profeta Jonás.
Y la Señal de Jonás no consiste en que la haría un profeta contumaz y desobediente, sino en que al momento de ser juzgados, se arrepienten y proceden según la voluntad de Dios. Pero, ¿cómo saber qué es lo que Dios quiere que hagamos, si no escuchamos atentos su voz en las visiones oníricas, mentalmente lúcidos?
Negarse a aceptarlo, proseguir y permanecer escépticos en nuestra agnosia, es lo que hace del ser humano un pueblo réprobo. La rebeldía y el escepticismo ante La Verdad, hace que la masa asuma y encarne un papel antitético. Satanás es la "revolución", el poder de Dios que se desata como una muchedumbre enfurecida. Encontramos por eso en Las Escrituras, argumentos antagónicos de aspecto antitético, cómo hablando de "la ira de Dios - por ejemplo - (en 2Samuel 24: 1-25), se menciona a Satanás - (en 1Crónicas 21: 1-27)...!!!
Dios es el Ser... Y Satanás es el mismo Ser, cuando está enfurecido...!!!
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